Fuego eterno, la historia de Jerry Lee Lewis de Nick Toshes es uno de los libros más impactantes que he leído. Explica la vida de The Killer y su familia, desde que los Lewis dejaron Europa para llegar al sur de Estados Unidos, hasta el año 1976.
La apabullante personalidad del protagonista eclipsa todo lo demás del libro, considerado una obra maestra de la literatura americana.
El libro explica cómo adquirió Jerry Lee Lewis, durante su infancia en Ferriday Louisiana, una pasión por el boogie que nunca ha abandonado. Empezó a cantar en la iglesia con su primo Jimmy Lee Swaggart que también ha sido una estrella de la música cristiana y predicador.
Se escondían debajo de la ventana de la vivienda de sus vecinos negros escuchando la música que salía de allí y hacían lo mismo en Big Haney’s House, un club nocturno en el que actuaban bluesmen regularmente. A Jerry Lee le encantaba aquella música y a los ocho años ya convertía cualquier canción de la iglesia en un frenético Woogie-Boogie.
Lo más impactante del libro es cómo está narrado y los ejemplos y situaciones que describe. Hace que entres en la historia y sientas el gran fervor religioso y la presión social que debía sentir el protagonista por tocar su tipo de música en una zona donde era habitual que la gente fuera poseída por el espíritu santo y hablara en lenguas desconocidas.
Fuego eterno, la historia de Jerry Lee Lewis
El título del libro le viene perfecto al personaje ya que esa es su gran virtud y al mismo tiempo su gran defecto. Lo que le ha hecho ser uno de los mejores en el escenario, lo que levanta al público y lo enloquece es al mismo tiempo lo que le ha traído muchos problemas ya que ha sido igual en todos los aspectos de la vida.
«Yo no soy tibio» o «sigues a dios o al diablo, no puedes servir a los dos», eran lemas habituales de Jerry Lee. Todo lo hacía sin cortarse y sin pensar en las consecuencias, bien fuera amar, odiar, beber o ganar montones de dinero para perderlo en un torbellino desenfrenado que nadie podía seguir. Ni su familia, ni sus músicos.
Su primera actuación fue en un concesionario de coches y le permitió ganar su primer fajo de billetes, aunque no fue hasta que fichó por Sun Records que triunfó a lo grande.
Estaba a punto de superar a Elvis cuando éste fue reclutado para servir en Alemania. Así sería si no se hubiera desatado el escándalo en la todavía puritana Inglaterra, que no comprendió su Matrimonio con su prima Myra Gale de 13 años, aunque casarse a esa edad era una práctica habitual en el ambiente de Ferriday.
Pero ese no fue el final de su carrera ni mucho menos, se creía el mejor y decía que sólo han habido 4 estilistas: Al Johnson, Jimmy Rodgers, Hank Williams y Jerry Lee Lewis. Todo lo demás son imitadores. Siguió con conciertos cada vez peor pagados, pero igual de incendiarios, en gira permanente.
Parte de esto lo podemos ver en Great Balls of Fire un biopic protagonizado por Dennis Quaid y Winona Ryder.
Pero si queremos ver al auténtico «The Killer» tenemos que recurrir a films donde sale él mismo como High School Confidential, en que toca el piano encima de un camión perseguido por una multitud de adolescentes, o en alguno de los muchos conciertos en directo disponibles en vídeo actualmente.
Uno de los aspectos más impresionantes del libro y que pone de manifiesto el talento de Jerry Lee Lewis en los escenarios es su etapa en los años sesenta. Se reconvirtió en estrella del Country ey triunfó en la versión rock de la ópera Otello, en la que hizo una interpretación magistral según crítica y público.
En este vídeo puedes ver fragmentos del ambiente de «Catch my Soul»; aquí también hace el «Whole lotta shakin’ goin’ on» con el que cerraba todos sus conciertos, brutal.
Fuego eterno, la historia de Jerry Lee Lewis te deja impactado, la personalidad del protagonista y la habilidad del narrador te sacuden y te zarandean como si hubieras estado cerca del torbellino, te hacen sentir esa fuerza descontrolada del que es uno de los grandes del Rock’n Roll, aunque él dijera que hacía Woggie-Boggie. Al fin y al cabo es lo mismo.
Ahora nos acaba de dejar, ha sido el último de los grandes en irse después de Chuck Berry y Little Richard, pero nos deja un gran legado para siempre, ese fuego eterno que tenía en los escenarios que podremos disfrutar para siempre.
¡Viva el Rock’n Roll y viva Jerry Lee!
¡Salud y mucha música!
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Magnífico Fredy, muy interesante todo lo que públicas, una valiosa información ,. . gracias
Me voy a comprar el libro❤️✊
Y lo siento mucho , a seguir caminando con las huellas del legado…
Y por supuesto , nada de tibios, o sigues a Dios o al diablo ✊❤️
Hola Anabel, muchas gracias!